La ciudad imperial de Fez.
Esta ciudad, con cerca de 1300 años de antigüedad, presume de ser la más arcaica de Marruecos. Turística y bulliciosas, es un destino habitual de los occidentales que se dejan caer por el norte africano.
La Medina de Fez
Como en el resto de ciudades importantes de este país, buena parte de la vida comercial y social de la ciudad se aglutina en la intrincada red de callejones y pasadizos que recorren la medina.
Si bien todas son semejantes, debo decir que la de Fez es especialmente angosta y extensa (se dice que la mayor del mundo árabe).
En la mayoría de sus calles apenas penetra la luz directa del sol y de entre ellas, no son pocas las que pueden tocarse ambos lados estirando los brazos. Además muchas de ellas son verdaderos túneles o pasadizos.
Las calles más comerciales ofrecen toda clase de dulces, especias, infusiones, productos textiles, marroquinería, antigüedades y, por supuesto, recuerdos y pinturas.
La puerta azul.
Una de las más vistosas y concurridas de la ciudad. En sus alrededores se apiñan un gran número de restaurantes mayoritariamente de comida tradicional marroquí, aunque en muchas cartas se ha ido abriendo paso las hamburguesas, las pizzas, los tacos y otras comidas rápidas (en su denominación, porque en ser servidas ya es otro cantar).
El curtido de pieles.
Callejeando por el laberinto de la medina La curtiduría de Tannery Sidi Moussa. Allí, nuestro guía local nos explica el proceso de curtido de los distintos tipos de pieles que manejan: de vaca, de cabra, de oveja, etc.
Nos explica el proceso y nos pasea por entre las bañeras donde se tintan las distintas pieles. Desde una azotea nos muestra todas las instalaciones además de indicarnos algunos de los lugares interesantes de la ciudad que desde allí se divisan.
Como suele ser habitual, desde la curtiduría nos lleva a una tienda de cosméticos artesanales donde nos hacen una ‘demostración comercial’.
Tumbas de los Meriníes.
Subimos a la este recinto arqueológico que es de lo más interesante a visitar en la ciudad pero lamentablemente se encuentra cerrado por restauración.
Nos tenemos que conformar con contemplar la panorámica de la ciudad, que se sitúa al pie de la montaña sobre las que se encuentran los restos de los torreones de monumento.
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Ver también (de este viaje):
La garganta del Dades
La kasbah de Assilah
Y además …
Las cuatro ciudades imperiales de Marruecos. (Fez, Marrakech, Rabat y Mequinez)