Yo, como cualquier persona, en mayor o menor medida, tengo un buen grupo de amigos. Además, como cualquier persona, en mayor o menor medida, tengo algunas aficiones: y entre ellas la de montar en moto.
De manera que si me paro a pensar en amigos y en motos, resulta que tengo: amigos con moto, también moteros amigos, por supuesto amigos moteros, y hasta amigos exmoteros.
De mis amigos con moto: esos que desde pequeños hemos sido amigos y que, con el paso de los años, hemos terminado coincidiendo también en nuestra afición por las motos está Vicente, con el que coincido de cuando en cuando saliendo de ruta.
También tengo un buen puñado de amigos moteros: esos que conoces un buen día montando en moto y se convierten en amigos indispensables en tu día a día. Pifo o Pedro, entre otros muchos, son dos de los que me vienen a la cabeza rápidamente.
Por supuesto tengo muchos moteros amigos, gente con la que compartes de vez en cuando ruta y momentos agradables. Puede que a estos, uno no los tenga tan presentes en su día a día, pero no dejas de disfrutar en una nueva ruta siempre que se presenta.
Y aunque no son muchos, porque el gusanillo de las motos siempre está ahí, algunos amigos exmoteros han sido eso: amigos desde hace muchos años y, aunque hubo un tiempo en el que compartieron la afición a las motos, después la abandonaron, pero no han dejado de ser mis amigos, como Juan García de Arboleya.
A todos ellos va mi recuerdo desde aquí; A los que aparecen citados y a los que no, pero con los que he pasado tantos buenos ratos.
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