Lisboa, en moto por la capital portuguesa.

La capital portuguesa es una de las ciudades más interesantes para visitar en un viaje en moto. Su belleza, entre colorista y decadente, su gastronomía, su monumentalidad y su ambiente costero hacen de Lisboa una atractivo destino.

El centro de Lisboa.

Callejear por su casco antigui es, como en cualquier ciudad histótrica, un tanto complicado. En el caso de Lisboa, sus empidadas pendientes y vacheadas calles tienen como contrapunto los hermosos miradores que ofrece para contemplar muy distintos elementos de la ciudad.

Además, bonitos tranvías antiguos recorren muchas avenidas y barrios del carco antiguo, incluyendo los barrios altos de la ciudad.

El centro de la ciudad se eleva a espaldas de la amplia Plaza del Comercio, plaza principal de la ciudad que se abre desde el embarcadero del Río Tajo, con sus monumentales edificios porticados rodeando el Arco de la Rua Augusta con los escudos y Reyes de Portugal.

No muy lejos en el histórico barrio de Alfama, es encuentra la catedral de Lisboa, la Se. Desde ella, en un pronunciado ascenso, llegamos al Mirador de Santa Luzía, para mi gusto uno de los más bonitos de la ciudad. Siguiendo el ascenso se llega al Castillo de San Jorge y más allá, al Miradouro da Graça, en cuyas cercanias se encuentran algunos de los restaurantes y bares, de precios populares, más interesantes de la ciudad.

Bares y restaurantes cerca del Miradouro da Graça
Bares y restaurantes cerca del Miradouro da Graça

En el lado contrario, otro de los atractivos, especialmente durante la tare noche, es el Barrio Alto. Es una de las zonas mas concurridas y animadas de la noche lisboeta, lleno de bares, restaurantes y tiendas que funcionan hasta altas horas.

La ribera del Tajo y el puente 25 de Septiembre.

Ercorriendo la margen norte del Tajo se disfruta de otro de los atractivos de la ciudad. Esta area recientemente recuperada, antaño se encontraba ocupada por decenas de industrias en ruinas, con un ambiente muy degradado, que impedian ver el río.

La ribera del tajo al atardecer, con el Puente 25 de Septiembre de fondo.
La ribera del tajo al atardecer, con el Puente 25 de Septiembre de fondo.

Ahora, numerosas plazas y jardines has sustituido estas edificaciones permitiendo disfrutar de un paisaje abierto a la enorme ribera del Tajo, camino de su desembocadura.

Reorriendo algunos kilómetros llegamos al imponente puente 25 de Septiembre, uno de los indiscutibles iconos de la capital, visible desde casi cualquier punto de ésta. Más allá llegamos a Restelo, otro de los lugares imprescincibles a visitar.

Puente 25 de Septiembre, visto desde las cercanías del Monumento a los Descubrimientos
Puente 25 de Septiembre, visto desde las cercanías del Monumento a los Descubrimientos

Belén.

En el entorno del Belem, encontramos una serie de lugares de magnífica belleza y fotogenia. Junto al río, el Monumento a los descubridores, la Torre de Belén y el monumento a los combatientes de ultramar.

Adentrándonos, el impresionante Monasterio de Los Jerónimos, una serie de museos y la afamada cafetería de los Pasteles de Belén, completan la visita a ésta zona.

Estoríl y Cascais.

Continuando algunos kilómetros más por la bonita carretera que transcurre junto a ribera, llegamos a Estoríl, con su Casino, sus palacios, playas y el Circuito de Velocidad. Más allá Cascais es un hermosa localidad costera de ambiente vacacional con unas bonitas playas, paseos repretos de restaurantes y multitud de rincones encantadores.

 

 

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