Tras la fría noche en el Sáhara, nos desperezamos temprano para subir a lo alto de la duna más elevada de las cercanías a ver salir el sol. Después bajamos al campamento para desayunar y acordamos con un todoterreno salir a visitar distintos enclaves de la zona.
Rodeado la gran duna lo primero que nos encontramos fue los campamentos de los nómadas que viven en la zona con sus rebaños. Visitamos uno de ellos, tomamos té y dejamos una propina, que es por lo que pienso que en gran medida están aquí asentados.
Después continuamos hasta el poblado abandonado de Mtis donde antaño se extraía mineral para la fabricación de máscara de ojos. El poblado fue ordenado su desalojo al ser declarado zona militar. En la actualidad, a parte de los turistas, el único transito es el de los vehículos militares de un cercano acuartelamiento sobre un cerro.
De allí vamos al Dar Gnaoua Bambara donde escuchamos música tradicional y tomamos té, antes de continuar hacia el humedal de Lac Dayet Srij, que por lo visto, ha mermado bastante.
Por último, el todoterreno nos deja a pie de carretera y atravesamos un vergel donde las huertas se nutren de los canales que distribuyen agua entre pequeños cuadrados a la sombra de las palmeras.
Ya de vuelta, tras organizar el equipaje, salimos de Merzouga por la antigua carretera hacia N13 hacia Risani. Es la hora del mediodía y las calles están llenas de niños que salen de la escuela en bandadas de bicicletas serpenteando entre coches y caminantes, todos por mitad de la calzada. El tiempo es magnífico y el ambiente es animado y caótico. La ciudad tiene su encanto, así como el paisaje que la rodea.
Desde allí tomamos la carretera de Erfund para seguir por la R702 atravesando Jorf . A la salida del pueblo vemos centenares de extraños pozos que no sabemos de qué son. Para otro viaje queda el descubrirlo. Seguimos haciendo kilómetros y atravesando pueblos de adobe hasta Tinejdad donde paramos a comer.
La explanada de tierra junto a la carretera esta animada. Decenas de personas comen en mesas sencillas la carne que a unos metros está asando el sonriente dueño del chiringuito. Hay unas cuantas Skygo, destartaladas motos de 50c.c. que abundan en esta zona.
Comemos, descansamos un rato, y tomamos la N10 para continuar alternando palmerales con pueblos de barro y extensiones desérticas. El tramo es uno de los más bellos que he recorrido en el viaje. El tiempo es bueno y la carretera está razonablemente bien por lo que resulta un paseo magnífico. Poco a poco van cayendo los kms y las horas.
Cuando empieza a caer el atardecer llegamos casi sin gasolina a Tinerhir. Después de repostar atravesamos la ciudad y desde la explanada elevada que se alza al este, tras el paso del puente del Todra Legorg, contemplamos la imponente Kasbah y las barriadas del Douar Ait Boujane. Continuamos y ascendemos al mirador que domina el valle desde el que vemos las rojas montañas de que se cierran hacia la Garganta del Todra y en su base, el Palmeral de Tinghir.
El atardecer intensifica el color rojo de las enormes montañas. Al otro lado, hacia el este, la inmensa llanura. Nos internamos en la garganta para llegar a nuestro alojamiento. Con un té en la terraza de la azotea despedimos el día.
Durante la noche salimos a pasear por el solitario pueblo. En una pequeña tienda junto al cauce seco de una torrentera compramos unas bebidas y charlamos con el animado tendero y su amigo. Hablan con cierta soltura en castellano y son extrovertidos. La noche ya es fría y estamos cansados. Es hora de ir dormir.
Para otra ocasión:
- Ksar Abouam y el Café Tombouctou en Rissani
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Ksar Ouled Mbarek en Jorf
- Valle del Ziz entre Errachidia y Erfoud. Es un gran palmeral que comienza en Er-Rachidia y termina pasado Rissani con las dunas de Merzouga al fondo. Según sales de Errachidia y ves el paisaje tan árido, que presagia la llegada al desierto, no te imaginas que exista este vergel en un gran cañón excavado por el río Ziz en la gran llanura. Tras un rato sorteando pequeñas dunas llegamos a una cantera de fósiles donde se ven perfectamente incrustados en las rocas. Se pueden ver ammonites y otros de tipo cefalópodos. Justo al lado se encuentra el joven pueblo de origen nómada Tisserdmine, situado en un oasis de palmeras. La panorámica del lago Yasmina. Es el punto norte de las dunas del Erg Chebbi. Las vistas por si solas son preciosas, pero si además tiene agua el lago junto a las dunas la gente alucina, la imagen es espectacular.
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