Continuamos viajando hacia el sur desde Agadir a Sidi Ifni, la antigua capital de la provincia española que se asomaba al Atlántico.
Dejando atrás la costa y la moderna Agadir
La ciudad de Agadir es un enorme destino vacacional de sol y playa muy occidentalizado. Sus restaurantes, hoteles y la propia población que sale a disfrutar de la oferta hostelera es en gran medida europea. Tan solo las llamadas a la oración desde los minaretes recuerdan que uno se encuentra en Marruecos.
Adentrándonos por parajes solitarios.
Tomamos la carretera en dirección sur. El tráfico es denso y el paisaje, de periferia urbana, no ofrece mucha distracción. Para rematar, pronto aparecen las obras de ampliación de la carretera, sin vía alternativa, con zanjas, ripio y enormes maquinarias levantando nubes de polvo.
Optamos por salirnos de la ruta principal y tomar un camino más rural y solitario. Pronto desaparece por completo la civilización y nos adentramos en la nada absoluta.
Tras un largo rato de conducción por un paisaje pelado, carente de belleza y con escasos pueblos diminutos, donde el único hecho a reseñar es la aparición de dromedarios y camellos de cuando en cuando, llegamos a un cruce con otra carretera que nos lleva hacia la costa.
El encuentro con el Atlántico sur
Al llegar a Aglou nos encontramos por con la costa atlántica. La localidad es un núcleo de apartamentos vacacionales de reciente construcción y un largo paseo marítimo que da acceso a la playa, donde algunas familias juegan y disfrutan del mar.
Continuamos recorriendo la P1905 en dirección sur. La carretera discurre junto a la costa dando acceso ocasional a pequeños asentamientos turísticos, hoteles y campamentos. Esta zona es frecuentada por surfistas y aficionados a los deportes de mar.
Más al sur el paisaje se vuelve más interesante. El terreno se eleva en algunos tramos formando acantilados y ofreciendo bonitas panorámicas con playas a sus pies, algunas de ellas conocidas, como es el caso de Legzira.
Sidi Ifni
Al medio día llegamos a la antigua capital del territorio español de Ifni (hasta 1969). En la actualidad se trata de una tranquila, pequeña y agradable ciudad costera. Su centro urbano se alza sobre la costa, distribuyéndose alrededor de la una ajardinada plaza central a la que se asoman los principales edificios administrativos
Los vestigios españoles
La huellas del periodo español están aun muy visibles. En la plaza de Hassán II, que antes fuera la Plaza de España, se encuentra una fuente y azulejos de estilo andaluz, el Consulado Español (o pagaduría de Sidi Ifni), la que fuera la Catedral, el antiguo Gobierno General (hoy Palacio Municipal) y el cine Avenida.
Actualmente continúa en pie el edificio del Consulado Español, abandonado y tapiado. Me causa bastante pena, y una cierta indignación, contemplar como nuestro país se desentiende del patrimonio histórico. La calle trasera aun conserva la placa con su nombre español «Calle del suboficial Zabala«.
A su espalda se abre una gran terraza con algunos cafés y un bonito mirador que se asoma a la playa. Es una plaza tranquila acariciada por el agradable viento húmedo que sopla desde el océano.
La antigua Iglesia-Catedral de Santa Cruz, cerrada a cal y canto, alberga hoy, en sus dependencias auxiliares, los juzgados. El resto de la parcela se encuentra en un triste estado de abandono.
El antiguo Gobierno General, hoy dependencias municipales, se encuentra en buen estado de conservación, así como el cercano Cine Avenida, actualmente cerrado.
Mercado municipal
El pescado fresco llega a esta lonja y desde aquí viaja directo a las mesas de los restaurantes que se sitúan a la espalda del recinto.
La columna de humo, que se eleva visible desde la calle, nos conduce directamente a esta zona de restaurantes donde comimos una espléndida fritura de pescado.
El intenso olor, y a veces las condiciones de presentación del género, no son aquellas a las que estamos acostumbrados los occidentales. Su vitalidad y desorden me invitan a la fotografía, me acerco a echar un furtivo vistazo y captar unas imágenes de esta lonja en la que, por lo demás, sus productos viajan directos de los puestos a las parrillas donde se asan inmediatamente.
Regreso a Agadir
El camino de regreso hacia la ciudad donde nos alojamos, Agadir, lo hacemos por la vía más principal. Al sur se nos quedan algunos destinos más, muy interesantes, que se encontraban marcados en nuestros planes, pero los contratiempos nos han robado las jornadas necesarias como para poder continuar internándonos en el continente. ¡Tendrán que ser para otra ocasión!
Retornamos por Tiznit, la amurallada capital de provincia. Animada y de gran tamaño, la ciudad ofrece unos cuantos lugares interés pero que en esta ocasión no podremos conocer.
Para otro viaje…
Aeropuerto de Ifni y frente a su terminal, el antiguo Cementerio Cristiano. El Puerto Teleférico, inaugurado en 1967 por los españoles, que fue una solución única y original para salvar las difíciles condiciones del litoral.
Bonito relato Javier , bien detallado y de agradable lectura y armonía.
Muchas gracias Juan…. y pronto el próximo!!