El solitario sureste marroquí

Octubre de 2022. Sur de Marruecos.

Salimos de Merzouga

Las rutas posibles son tres. Al norte por Jorf sería la mejor opción si lo que se quiere es ir hacia las Gargantas del Dades y del Todra. Esta fue la ruta que ya hice años atrás.

Al sur, la pista de Zágora es sin duda la más interesante. Nos informan en el alojamiento que se encuentra en buen estado y se tarda unas 6h en recorrela, pero se nos ha hecho muy tarde ya para poder tomarla teniendo en cuenta que no la conocemos, ni la tenemos en mapas, y que no podemos dejar que nos coja la noche en ella.

Decidimos entonces tomar una ruta intermedia por carretera que nos ofrece el navegador, pasando cerca de la Cárcel portuguesa.

No muy lejos de allí…

Casi frente al cruce con la carretera principal sale otra pista que asciende hasta atravesar las rocas del lado contrario, mirando al sur. Una vez superado el corte de la ladera, el camino se adentra en una depresión del terreno, más complicada para una moto como las nuestras por la cantidad de piedras sueltas de gran tamaño.

 

Carreteras poco interesantes

Contemplamos el paisaje y nos damos la vuelta. El resto de la etapa del día trascurrirá durante decenas de kilómetros de carretera solitaria (N12 Sur), aburrida, de cuando en cuando salpicada de algunas pequeñas aldeas sin mucho interés por lo que vemos al paso. Tan solo al final del día llegaremos a Tizi’n-Tinififft tras tomar la N9 hacia el norte, en la localidad de Agdz.

Tizi’n-Tinififft

Avanzamos unos pocos kilómetros hasta alcanzar el pequeño poblado de Ouaourmas. A partir de este lugar, la carretera comienza a ascender serpenteando y muy pronto alcanzamos un mirador desde el que la ya elevada cota nos ofrece una magnífica perspectiva del valle.

La pendiente continúa y pronto comienzan a parecer unas extraordinarias formaciones rocosas de color negruzco que han sido pulidas y horadadas por el pequeño torrente que fluye en la profundidad del cortado al que se asoma la carretera.

Paramos para disfrutar de las hermosas vistas, comprar unos dátiles dulces, carnosos y suaves como mantequilla, antes de coronar la montaña y comenzar el descenso, casi igual de abrupto, por Ait Saoun hacia la planicie en la que se asienta Ouarzazate.

Antes haremos una parada mas a repostar y beber una coca-cola. Un mendigo en lamentable estado mental y de higiene se nos acerca mientras arrancamos las motos. Más allá unos chavales casi adolescentes reparan scooters y toda clase de engendros mecánicos en unos mugrientos talleres con los portalones abiertos dejando correr el aire de la calurosa tarde. Al otro lado de la carretera la antigualla de camión Ford exhala una gran humareda negra mientras toma velocidad mientras sube la cuesta. Este es el Marruecos profundo y tan solo 5 kilómetros después estaremos en el centro de la cuidada y coqueta Ouarzazate, el «Holywood» sahariano.

 

Ouarzazate

La tarde está declinando cuando llegamos al hotel. Dejamos nuestras motos y equipajes y tras darnos una ducha salimos a caminar por el centro con la intención de llegar a la terraza La Kasbah Etoile antes de la puesta de sol, que desde las terrazas de este lugar es especialmente bonita.

Con una cerveza el la mano disfrutamos de un sol rojo que se oculta en el horizonte mientras los bellos edificios de barro de la kasbah comienzan a iluminar sus fachadas en el rojo y verde de la bandera marroquí.

Curioseamos por los bazares abarrotados de antigüedades, fósiles, cosméticos elaborados con aceite argán y toda clase de suvenires. Buscamos donde cenar y después nos recogemos a descansar.

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Para otra ocasión… 

La antigua sinagoga, en el corazón de la Kasbah.

El Museo del Cine, a la espalda de La Kasbah Etoile.

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El viaje completo…

Marruecos 2022

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Ver también…

Gastronomía Marroquí

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