Puerto del Escudo
Abandonar la meseta castellana por la antigua ruta del Puerto del Escudo ha supuesto para mí un viaje a mis recuerdos de hace años, cuando el camino natural a Santander era por estos parajes.
Una sucesión de suaves puertos por una agradable carretera en buen estado, termina conduciendo hasta el sencillo Puerto del Escudo, en el que nos encontramos la abandonada Pirámide de los Italianos: vestigio de la Guerra Civil que sufrió España hace ya más de 80 años y que, a día de hoy, se desmorona como tantos otros elementos de nuestra historia, sin pena ni gloria (más allá de las tomas de postura que cada cual pueda tener).
Valles Pasiegos
El descenso hacia la costa se realiza por una vía flanqueada cada vez por una más verde vegetación. Estamos en la Vega del Pas. Las construcciones cambian de fisonomía. Las rústicas casas de piedra de Castilla desaparecen y aparecen las casonas con tejados a dos aguas y balconadas de madera ocupando ampliamente las fachadas.
Vacas pastando plácidamente en los prados a través de los que serpentea la carretera, hacen del camino una deliciosa sucesión de curvas hasta llegar a Torrelavega. Y un poco más adelante Suances, bañada por el Mar Cantábrico.
La costa cántabra.
En este viaje nos quedamos en el lado occidental de Santander, la capital de la región Cántabra. El anochecer nos cogió paseando por la Playa de La Concha de Suances, con su suave y fina arena junto a la desembocadura de la Ría de San Martín de la Arena.
La mañana siguiente, aunque amaneció gris y algo lluviosa, nos permitió continuar hasta la cercana Santillana del Mar, con su fabulosa Colegiata, sus magníficas calles empedradas y sus casas nobles.
Dicen de ésta localidad que es el pueblo de las tres mentiras: porque ni es Santa, ni es Llana, ni tiene Mar… Lo que sí es cierto es que tiene unos sobaos deliciosos y que, como en todo el norte, se come de maravilla.
Tras desayunar salió un radiante sol y pudimos callejear y tomar fotos antes de sentarnos a comer un riquísimo cocido lebaniego.
Por el camino, en un control rutinario de la Guardia Civil, conversando con el amable agente, nos recomienda la visita a Prellezo.
Continuamos hasta Comillas, uno de los pueblos costeros más bellos de España a mi parecer. Pasamos un largo rato descansando relajadamente junto al mar, contemplando a los chiquillos jugueteando junto a las olas.
[IMAGEN MONUMENTO MARQUES DE COMILLAS]
Después damos un paseo para visitar el casco histórico del municipio hasta que la tarde empieza a declinar.
Con el atardecer cruzamos la cercana ría de San Vicente De La Barquera donde cenamos, junto al puerto, y hacemos noche.
La mañana siguiente amanece radiante. El sol ilumina cálidamente el puerto pesquero de la localidad. La marea alta inunda de nuevo la ría (como muestran las fotos que Manu Rincón me mandaría un par de días después).
[FOTO DEL PUERTO DE MANU RINCÓN]
Siguiendo el consejo del Guardia Civil, nos desviamos a Prellezo. El lugar es un paraíso escondido entre las praderas verdes y los acantilados contra los que choca el mar.
Pasaremos un tiempo haciendo fotos y disfrutando del lugar, además de conocer a Manu. Con él y sus amigos charlamos un rato y nos tomamos una simpática foto.
Días después se pone en contacto conmigo y me manda unas cuantas fotos más entre las que se encuentra la del Puerto de San Vicente que he incluido.
Picos de Europa
Continuando el camino nos acercamos a las montañas y penetramos por el espectacular Desfiladero de La Hermida. Serpenteando llegamos a la localidad que da nombre al imponente cortado entre las montañas que de nombre a la zona.
Paramos a comer en uno de los restaurantes a pie de carretera. La comida es estupenda y muy abundante, el local: bonito y animado. De nuevo arrancamos y seguimos hasta Potes.
Comiendo en La HermidaPotes es la localidad de referencia del los Picos de Europa cántabros. Conserva buena parte de su sabor medieval.
En Potes merece la pena pasear por sus soportales repletos de tiendecitas de artesanías, productos de la zona y agradables bares.
Miel, nueces, sobaos, corbatas y otros dulces, así como el queso de la cercana cabrales son algunos de los manjares expuestos en los estantes.
A la salida nos encontramos una feria ganadera con unas vacas y terneros de una raza de la zona, que ¡más limpias y bonitas no pueden estar!
Por un momento me viene el recuerdo de la Feria de Marinilla (Colombia), cuando viajabamos hacia el Peñol.
Enfilamos de nuevo la pendiente hacia Santo Toribio de Liébana. El hermoso y pequeño monasterio es una joya que guarda en su interior otra joya aun mayor. En él se encuentra una de las reliquias más preciadas de la cristiandad: El trozo más grande que se conserva de la Cruz de Cristo.
La reliquia fue evacuada del Santo Sepulcro de Jerusalén ante el peligro de caer en manos de los conquistadores musulmanes que planeaban invadir la ciudad santa. De allí viajó, con Santo Toribio, hasta Roma y a él mismo le concedió el Papa, llevar consigo a su ciudad natal, Astorga, la preciada reliquia. Una vez más el riesgo de caer en manos de los invasores musulmanes, la reliquia se puso en viaje a través de las montañas hasta que sus portadores encontraron este pequeño monasterio oculto en el corazón de las montañas, rodeado de bosques y en una ubicación casi indetectable. Esto ocurrió hace ya más de 1200 años y desde entonces aquí se custodia.
De Santo Toribio subimos hasta la pequeña Ermita de San Miguel y de allí seguimos hasta Fuente Dé donde quedamos impresionados de la inmensidad de las moles pétreas que nos rodean. No pudimos subir el el Teleférico por escasos 5 minutos (cierran a las 18:00) y viendo que las nubes comenzaban a cubrir el cielo, nos pusimos de nuevo en camino.
Nuestra salida de Cantabria nos reservaba un duro viaje por el Puerto de Piedras Luengas, que coronamos navegando a ciegas en la densa niebla. ¡Pero eso ya es otra historia! ….
La ruta completa.
Navega por el mapa para descubrir la ruta al completo. Mayo de 2019. Honda CBR600 F4i
… Para próximos viajes …
Puenteviesgo, el pueblo más bonito de la Vega del Pas, conocido por su Balneario en el que antaño acudían equipos deportivos a concentrarse. Lo atraviesa una Vía Verde de Astillero a Ontaneda, de más de 14 km.
La pequeña y hermosa Iglesia de San Miguel data del s.XVII así como el Ayuntamiento.
Las Cuevas del Castillo y la Colegiata de Castañeda son otros de los atractivos turísticos de la zona.
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