Marzo de 2022
Porto Torres
Llegamos a puerto procedentes de Barcelona bien entrada la mañana. El atraque a puerto y nuestra salida con las motos fue relativamente rápida. En unos minutos estábamos dejando atrás el buque y encarando la salida de las ruinosas instalaciones portuarias cubiertas del polvo de unas obras que se están acometiendo.
A la salida del puerto viramos a la derecha hacia la población cercana. Se suceden junto a la vía algunas instalaciones abandonadas a la ruina que, en cierto modo, trasladaban a mi mente recuerdos de Marruecos. Este fue uno de mis últimos viajes antes de la maldita pandemia.
Callejeamos por la localidad portuaria hasta tomar carretera en dirección a Castelsardo, la primera parada de la jornada.
Castelsardo y Santa Teresa de Gallura.
Tras recorrer unos cuantos kilómetros cerca del mar, atravesando pequeñas fincas de cultivo y sencillas residencias rodeadas por una exuberante vegetación salvaje de aspecto similar a la costa cántabra, avistamos al fondo las coloridas casas de Castelsardo que se abigarran al pie de la roca sobre la que se alza la ciudadela fortificada y un pequeño castillo.
Aparcamos las motos y caminamos por las estrechas callejuelas asomándonos a los miradores que dominan la localidad. El tiempo está cambiando y presagia lluvia.
El mediodía está ya muy avanzado y a penas hay nada abierto donde comer. Continuamos viaje con la idea de encontrar un lugar de carretera donde poder almorzar como así ocurre cuando llegamos a La Pecora Nera, que haciéndonos un favor, nos dan de comer estupendamente y con gran amabilidad, después de informarnos que la hora habitual de comer es en torno a las 13:30, y en nuestro caso eran ya cerca de las 16:00.
Tras la comida, la sobremesa y un rato de charla con el cocinero, continuamos rodando. Hacen aparición las primeras lluvias, que ya en Santa Teresa Gallura se convierten den chaparrón. La tranquila localidad norteña se asoma a la vecina capital isleña de Bonifacio, de la francesa Córcega.
Paseamos por la noche buscando lugar para cenar y de regreso al hotel me encuentro con una de las curiosidades de esta zona de la isla. Unos pequeños jabalíes, no más grandes que cerdos vietnamitas, pasean tranquilamente por las solitarias calles del centro de la localidad.
El pizzero donde compro la cena me comenta que es normal, que todas las noches acuden a la puerta de su local en busca de las sobras.
La costa este
El día ha amanecido soleado, pero muy ventoso y frío. Recorremos algunos kilómetros por el interior para visitar unos restos arqueológicos de «gigantes«, comunes en varios puntos de la isla. El recorrido es bonito pero lamentablemente nos encontramos cerrado el complejo.
Desde allí pusimos rumbo hacia el litoral noreste. Durante los primeros kilómetros por el interior, por la SP73, disfrutamos de carreteras de montaña con paisajes completamente verdes, y a ratos frondosos, coronados por las siluetas de agrestes picos de notable altura.
Poco a poco nos acercamos a la costa. La carretera serpentea recorriendo a las distintas calas y paradisiacas playas. Llegando cerca de Cugnana, salimos de la carretera y nos acercamos, por una pista de tierra, hasta un bonito embarcadero de madera en las aguas interiores de Porto Rotondo.
El húmedo viento sopla con fuerza, hacemos algunas fotos y continuamos viaje en dirección a Olbia. Esta populosa y turística ciudad portuaria tiene uno de los puerto que conecta Cerdeña con la península itálica. Dejaremos atrás la localidad continuando hacia costas más tranquilas.
Siguiendo la SS125 rodeamos el mar interior hasta llegar a la bellísima Playa de la Cinta, un largo itsmo virgen de arenas blancas y playas azules cristalinas. Almorzamos en la playa y disfrutamos por un rato, tras las dunas, a refugio del viento.
La última etapa de la jornada nos llevará por una de las carreteras más espectaculares que he recorrido hasta la fecha. Se trata del tramo que discurre desde Dorgali hasta llegar a Osulai. La carretera discurre por una terraza colgada en lo alto de la montaña, con el barranco que desciende hasta el Valle di Lanaitto a la derecha.
Después la SS125 desciende por una sucesión de curvas cerradas en las que las cabras se descuelgan por las rocas, hasta el nivel de la costa. Llegamos con las últimas luces del día a nuestro alojamiento.
A la mañana siguiente, desayunamos y nos ponemos en marcha para seguir viajando hacia el sur de la isla y llegar a su capital con tiempo de sobra para embarcar a nuestro siguiente destino. Este último tramo discurre por una sucesión de tranquilos pueblos agrícolas hasta llegar a las importantes instalaciones industriales del extrarradio de la capital.
Cagliari
La gran ciudad portuaria, capital de la isla, se extiende desde la bahía en la que se ubican algunos de sus edificios principales a lo largo de su paseo marítimo frente al puerto y va ascendiendo hacia el promontorio en el que se ubica la ciudadela fortificada entorno a la Catedral de Santa María y un buen número de palacios e instalaciones militares antiguas.
Merece la pena callejear por sus estrechas callejuelas donde se sitúa un gran número de restaurantes y cafeterías hasta llegar el Bastión de Saint Remy por el cual, ascendiendo sus escaleras, accedemos a la plaza elevada desde la que se penetra en la ciudadela.
Entre los monumentos de este área merece especialmente la visita de la Catedral de Santa María y su cripta. Aunque se trata de un templo católico, las imágenes de su portada me recuerdan el estilo oriental de los templos ortodoxos.
Junto a ella, el Palacio Real y el de la ciudad, y caminando por el entorno, las Torres defensivas del Elefante y de San Pancrazio desde las que se tiene unas espectaculares vistas de la ciudad y su entorno varios kilómetros a la redonda, así como el antiguo Arsenal, que actualmente alberga unos cuantos museos de arte e históricos.
Carretera SS125
Aunque no es la única interesante, sin duda la SS125 es una carretera de referencia para recorrer buena parte de los tramos más bellos de Cerdeña. Desde el norte, cerca de Palau, hasta la mismísima Cagliari, en el sur, esta carretera bordea por el este la totalidad de la isla ofreciendo tramos tan variados como las paradisiacas costas de arena blanca y la alta montaña y tupidos bosques, sin olvidar la campiña agrícola del sur, más cálida o la mas fría y húmeda al norte.
Otras carreteras como la SS131 que recorre en zig-zag de norte a sur y de este a oeste atravesando el centro la isla, así como la combinación de la SS292 y la SS126 que viaja recorriendo el oeste quedan para un futuro viaje.
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