Cada persona tiene sus procedimientos para realizar esta tarea. Una de las cosas mas personales de un viaje es precisamente este apartado, el estudio de la ruta.
Hay quienes prefieren estudiar meticulosamente cada detalle, otros optan por dejarlo todo al azar. En mi modesta opinión, un viaje largo ha de estudiarse cuidadosamente, no tanto para cumplir escrupulosamente un plan prefijado sino mas bien para conocer de antemano las posibilidades a manejar en cada lugar.
Yo personalmente no suelo ajustarme en exceso a mi idea inicial. Si algo me gusta de viajar en moto es precisamente el poder improvisar sobre la marcha, pero también es cierto que me gusta conocer todo lo que me brinda el camino y dado que soy cuidadoso con los detalles y disfruto con los preparativos, suelo desde hace años ejecutar una rutina que me encanta.
Confeccionar un gran mapa de la zona.
Una costumbre que adquirí hace muchísimos años, cuando empecé a viajar de mochilero en Interrail, es la de confeccionar, imprimir y detallar un gran mapa de la zona por la que tenga pensado moverme. Suele ser este mi primer paso y me gusta colocarlo en un lugar bien visible, que me permita calcular visualmente las etapas, anotar y consultar en un golpe de vista los puntos de interés, las infraestructuras disponibles, y todo aquello relevante que se me ocurra, ya sean comentarios sobre rutas, fechas comprometidas, etcétera.
Valga como ejemplo de esto, el mapa impreso de Europa que cuelga de la pared en mi oficina.
Anotar todo lo relacionado con las alternativas disponibles.
Por más que puedan parecer fiables nuestros cálculos, estos pueden verse superados por las circunstancias y aunque gracias a Internet ahora disponemos de acceso a información casi en todo momento, cuando surgen los problemas no siempre tenemos la tranquilidad, el tiempo o el acceso a la información para tomar la decisión mas apropiada. Esto es algo que yo pude aprender en el accidentado regreso de mi viaje al TT de la Isla de Man, cuando una tormenta en las islas británicas nos obligó a volvernos apresuradamente antes de las fechas de embarque disponibles. En aquella ocasión y gracias a llevar minuciosamente anotados desde teléfonos hasta distancias y toda clase de informaciones, pudimos improvisar con bastante éxito un rápido regreso por la Bretaña Francesa en tiempo récord.
Mi consejo: Por mas tecnología que llevemos en el bolsillo. Aunque dispongamos de portátil, de Internet, etcétera, (que no siempre es tan sencillo al salir de España), al final lo que nunca falla es llevar una libreta con todo aquello que tiempo atrás, cuando comenzábamos los preparativos con tranquilidad, pudimos recopilar.
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