Las tierras interiores de Lanzarote

Viajando por el interior de la isla, la característica más llamativa de la isla es el contraste de sus paisajes negros y rojos volcánicos con las blancas costrucciones de sus pueblos.

Pueblos blancos del interior.

Saliendo desde el sur de la isla, para visitar el interior el punto al que todos los caminos convergen es Yaiza. Desde Playa Blanca la carretera que llega por el oeste pasa cerca de las Salinas de Janubio, la oriental transcurre por una zona más solitaria y con un tramo montañoso de gran belleza junto a la pequeña localidad de Femés.

Yaiza

Su acceso sur, por una travesía flanqueada por palmeras de gran belleza, conduce hasta el centro de la localidad donde la totalidad de construcciones son de un impoluto blanco,

La pequeña Plaza de los Remedios, dominada por la iglesia parroquial, el ayuntamiento a la espalda y algunos edificios palaciegos con balconadas típicamente canarias, conforman el punto de partida de la tranquila vida del pueblo.

Teguise

Este hermoso pueblo fue antigua capital de la isla. Como todos los demás, sus construcciones son todas blancas y en un fabuloso estado de conservación.

Cuenta con una de las plazas más bonitas de la isla, en la que domina la Iglesia principal de la localidad, el Palacio del Timple y una serie de edificios de de cierta categoría arquitectónica.

Además de un buen número de tiendas de artesanías y productos típicos de la zona, en la localidad se celebra el mercado más importante de Lanzarote

Haría

Al norte de la isla, en el Valle de las mil palmeras, alberga la casa del genial Cesar Manrique. Otros pueblos de interés son Nazared, donde se encuentra la Casa museo de Omar Sarif.

 

La creatividad de Cesar Manrique

También la prodigiosa imaginación de este artista isleño ha dejado en estas tierras varias construcciones que son referencia de su turismo. Además del restaurante que se encuentra en el Centro de Visitantes del P.N. Timanfaya, los siguientes son visitas indispensables en Lanzarote.

Jameos del Agua.

Este tunel volcánico próximo a la desembocadura de la lava al mar constituye uno de los máximos referentes turísticos de la isla. En su interior el agua filtrado a creado una laguna en la cueva donde se encuentra una especie autóctona de cangrejo ciego, de algunos milímetros de tamaño y color blanco.

Un estanque, terrazas a distintos niveles, un auditorio en el tubo volcánico y bellos ajardinamientos y escalas colgantes de las rocas convierten a este lugar en una visita imprescindible y un fantástico sitio donde descansar y saborear la gastronomía canaria.

*Jameo: lugar donde un tubo volcánico ha colapsado dejando a aire su acceso.

Jardín de Cactus.

Otra de las visitas inprescindibles en la isla es este fabuloso espácio botánico donde centenares de variedades de cactus se distribuyen pon caminos y terrazas a distintos niveles en un recinto ovalado dominado por un molino.

Una agradable terraza-restaurante ofrece un espacio relajado desde el que disfrutar de las vistas del bello recinto y su peculiar arquitectura.

Joyas naturales al norte de la isla

Además del icónico P.N. de Timanfaya, Lanzarote cuenta con unos cuantos enclaves naturales más, marcados principalmente por el caracter volvánico de la isla.

Cueva de los verdes.

Se trata de un enorme tubo volcánico de ocho kilómetros de longitud de los cuales el visitante puede recorrer al rededor de uno entrando por el nivel inferior y volviendo popr el superior.

En su interior alberga un auditorio y una serie de curiosidades que no desvelaré por no estropear la sorpresa.

Sobrecoge el tamaño de sus cavidades interiores y de las testuras y colores formados por la lava.

Costa de norte.

Las playas agrestes formadas por la lava ofrecen aguas cristalinas y pequeñas calas de arena fina en medio de una costa bastante solitaria, lejos de los municipios más turísticos de la isla.

Valle de las mil palmeras.

El pequeño valle en el que se asienta Haría, alberga la mayor concentración de palmeras de la isla. Sin ser un palmeral propamente dicho, este área contrasta con los paisajes desérticos y casi extraterrestre de otras zonas.

Continuando hacia el sur, en dirección a Teguise, se asciende por una encañonada carretera de accidentada orografía que hace las delicias de cualquier motero.

Montaña de Guenia.

A mitad de camino entre Teguisa y Guatiza se encuentra este sorprendente paraje natural creado por el volcanismo y la erosión.

Estructuras de distintos colores, multitud de cabidades y pequeños cañones trasmiten una imagen marciana de este área.

 

 

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