La Cárcel Portuguesa es una de las visitas icónicas de estas tierras que se adentran en la puerta del Sáhara marroquí. No podemos por tanto, pasar cerca de ella sin hacer un tramo de pista y acercarnos a visitarla.
Dejar atrás la carretera
Salimos de Risani, cruce de caminos en las rutas del desierto, atravesando su magnífica puerta monumental y tomamos la N12 en dirección oeste.
Tan solo recorremos unos pocos kilómetros cuando el inmenso horizonte se abre ante nuestros ojos. La arena fina del desierto se come parte de la carretera y se amontona contra las suaves rocas que se elevan en el lado derecho de la calzada.
Paramos a tomar unas cuantas fotos antes de continuar por la solitaria ruta hacia el siguiente destino, muy conocido entre los viajeros por esta zona.
La pista por el desierto
Solo un poco más adelante comenzamos a ver las rodadas que se internan en dirección norte por el pedregoso desierto. Al fondo se dibujan las moles pétreas de Gara Medouar entre las cuales los portugueses construyeron el muro que cierra el perímetro de su instalación.
La pista es sencilla de recorrer. El terreno tiene mucha piedra suela pero es firme, a excepción de algún corto tramo con bancos de tierra fina y suelta. No hay desniveles pronunciados ni elementos que dificulten el avance. En poco más de 10 minutos estamos traspasando la brecha del muro que conforma el acceso.
Las ruinas de la cárcel de los portugueses.
El interior del a cárcel no alberga nada en especial. Una senda pronunciada permite coronar las rocas que que delimitan el perímetro, aunque en esta ocasión unas maquinarias de obras estaban trabajando sobre el camino removiendo el terreno y haciéndole algo peligroso. Optamos por no intentar recorrerlo.
Algunos bereberes merodean por el lugar vendiendo sencillas artesanías y fósiles, muy abundantes en todas estas montañas que alguna vez estuvieron cubiertas por el mar.
Tomamos unas cuantas fotos y emprendemos el camino de regreso por otra de las muchas pistas paralelas hasta llegar a la carretera N12.
Seguimos hacia Merzouga
De vuelta al asfalto tomamos la N12 de regreso a Risani. Desde allí atravesamos palmerales y continuamos rodando con destino a Merzouga. Hace bastante calor y el mediodía empieza a estar muy avanzado, es hora de llegar a destino.
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