Haciendo mías las palabras del conocido aventurero Miquel Silvestre, «Existen algunas carreteras que son algo más que carreteras. Son símbolos. Universos en sí mismos. Y todas ellas tienen nombre propio, un nombre que evoca mas de una mera lengua de kilómetros de asfalto o de tierra. La mayoría de los viajeros overland las conocemos por su nombre de pila, bien porque las hemos hecho, porque otros viajeros las hayan hecho, o bien porque soñaremos con hacerlas. Ruta 66, Moyale Road, Karakorum Highway, TROLLSTIGEN, Carretera de los Huesos … » (Diario de un nómada – Rumbo al fin del mundo. página 127).
Molde es el lugar perfecto desde el que anotarse este hito al currículum de viajero.
Además, el camino nos ofrece algunas sorpresas más:
El Geiranger, de 16 Km. de longitud, es uno de los fiordos más conocidos de Noruega y, quizás, el más fotografiado. Además, embarcando, se pueden visitar lugares como la cascada llamada “La botella” o las de «Las siete hermanas»
(http://www.losviajeros.com/Blogs.php?e=30707)
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