Julio del 2020.
Hacia Santo Domingo de Silos
El día es aplastantemente caluroso cuando arranco el motor de mi Honda. Como otras tantas veces que cojo el camino del norte hacia Burgos, pasaré por Turégano, con su castillo vigilando la llanura castellana.
Tras atravesar Aranda de Duero, esta vez sin detenerme a disfrutar del vino y cordero que en éstas tierras son un deleite, llego a mi primera parada de esta etapa.
Peñaranda de Duero
La monumental y tranquila localidad en la vega del Río Arandilla , al pié del Castillo del siglo X que domina el caserío desde la altura, conserva aun buena parte de sus murallas y 2 de las 3 puertas que tuvo.
Su Plaza Mayor, parcialmente porticada y dominada por el Palacio de los Condes de Miranda o de Avellaneda a un lado y la Iglesia de Santa Ana al otro es de gran belleza. El ella se sitúa el Rollo de jurisdicción, característico de estos importantes núcleos castellanos, y completan el conjunto las tradicionales casas de vigas vistas en gran estado de conservación.
Continuando camino se atraviesan lugares tan interesantes como la Colonia Romana de Clunia Sulpicia, que no pude visitar por estar cerrada, y pueblos como Caleruega con su gran patrimonio histórico y cultural. Quedan pendientes para otro viaje.
Los campos están cubiertos de girasoles y, aunque la carretera BU-922 está en obras habiéndose convertido en una pista durante algunos kilómetros, es divertidísima de recorrer.
La Yecla
Llegando ya a silos, escasos kilómetros antes de llegar, se atraviesan los túneles horadados en la pared pétrea sobre la que anidan los buitres.
Paralelo a ellos, el arrollo del cauce ha partido en dos la roca creando un estrecho desfiladero de escasamente 3 o 4 metros de anchura que puede recorrerse a pie por las estupendas pasarelas que se han construido para su visita.
Desde su interior, se contemplan bajo los pies, las pozas naturales que el río ha ido esculpiendo. Sobre las cabezadas, los buitres posados en las agujas de piedra vigilan el área.
Continuando camino en escasamente 5 minutos se desciende hasta el valle en el que se asienta Silos.
Santo Domingo de Silos.
Aunque ésta localidad burgalesa cuenta con una agradable plaza y un conjunto de bonitas calles y casas antiguas en un entorno de gran belleza natural, todo ello queda eclipsado por el imponente Monasterio de Santo Domingo de Silos.
Sin duda, esta Abadía es una visita imprescindible por el patrimonio que atesora, tanto por su importancia como su no menos majestuosa belleza. Destaca de una manera única su atrio, delicadamente labrada la piedra, aunque no es el único área del recinto que merece la visita.
Aunque no hay un guía al uso (al menos en estos tiempos de Covid), una persona se encarga de contestar las consultas que le plantees sobre los detalles artísticos del edificio, así como sobre las muchas curiosidades que el paso de los siglos han ido dejando esculpidas en sus piedras (y que en un «apunte de viaje» algún día contaré)
También el entorno circundante merece la pena de pasear y disfrutar, fuera de las horas de calor. Los Lavaderos, las huertas y algunos miradores son una delicia de recorrer.
El Cementerio de Sad Hill
En un paraje cercano, al que se accede a través de una pista bien mantenida, con unas vistas de las montañas realmente bonitas, se llega a un valle abierto donde la famosa película «El bueno, el feo y el malo» recreó el escenario de la secuencia final: el duelo a tres de sus protagonistas.
El cementerio circular de Sad Hill es, sin duda, una de las imágenes más famosas de la historia del cine, mientras la música de Ennio Morricone acompañaba el desenlace de la historia.
Hacia el norte hasta Orbaneja del Castillo
Desde Silos, como segunda etapa, continuando al norte se pasa por Covarrubias (que dejo para otra ocasión) se llega a Burgos. Desde allí, virando al este por la N1 dirección Briviesca, se llegan a los Montes Obarenes. De nuevo el paisaje se vuelve solitario según se va ascendiendo al Mirador del Portillo del Busto.
Santa María de la Hoz
Descendiendo del alto, se recorre el valle del Río Molinar que conducen a las estribaciones de Tobera, donde tras girar una curva nos encontramos con una cascada junto a la carretera y a continuación el puente de piedra y la Iglesia de Santa María de la Hoz, colgada la pared de la montaña.
Tras ella, una sucesión de pequeños saltos de agua se adentran en el pueblo construido en la profundidad de la hoz.
Poco después le sigue Frías (pueblo medieval que también merecerá una próxima visita). Pero por esta vez la etapa continúa hacia el norte, teniendo que dejar atrás también la Cascada de Pedrosa de Tobalina.
Las ruinas de Santa María de Rioseco
Continuando por Villarcayo se llega a Rioseco. Pasada la localidad se ubican las ruinas del extraordinario Monasterio de Santa María de Rioseco, en lo alto de un risco junto al Río Ebro.
El complejo monástico merece la pena la visita, tanto por la belleza del paraje como por la espectacularidad de las ruinas que aun siguen en pie y que, gracias a la colaboración altruista de una asociación, se están acometiendo unos fantásticos trabajos de consolidación y restauración de todo el área.
En este «apunte de viaje» cuento más del asunto para quién quiera conocerlo.
Rumbo al páramo de Masa
Desde Rioseco, tomando carreteras comarcales, nos adentramos en parajes extraordinarios, casi vírgenes, alejados prácticamente de la civilización. A penas alguna aldea perdida, con la mayoría de sus casas cerradas a cal y canto.
Poco más de algún paisano sentado a la puerta de su humilde vivienda viendo pasar la vida, es lo que encuentro al paso por estas tierras que, ya tiempo atrás describía en otros viajes, como de abrumadora soledad y poderosa naturaleza.
Tal es el caso de San Miguel de Cornezuelo, que con su serena belleza quedó grabado en mi recuerdo.
Orbaneja de Castillo
La última parada de la jornada será este mágico pueblo incrustado en la garganta que ha escavado el río Ebro a su paso por el valle de Sedano. Para ello antes habremos atravesado el pueblo de Escalada (al que en otro viaje dedicaré una parada).
Del corazón de la montaña, por la Cueva del Agua, brota el torrente que atraviesa el pueblo encaramado a la pared pétrea hasta descender por la cascada alcanzando las pozas turquesas donde se deposita el azul de metileno.
El pueblo es espectacular. Y hacer u descanso tomando un refresco en alguna de sus terrazas es un pequeño placer mundano, mientras la puesta de sol ilumina las rocas donde los dos camellos recortan el horizonte.
Que crónica, tomo nota de algún lugar, gracias ❤️
Muchas gracias Pedro, es un orgullo viniendo de alguien que ha recorrido tantos lugares especiales como es tu caso.
Un saludo.
precioso recorrido con ilustraciones y comentarios precisos
Muchas gracias Danielo. Te agradezco tus palabras, son un estímulo para seguir contando viajes.
En los próximos días seguiré contando las etapas que siguieron a esta y que, aunque diferentes, igualmente me resultaron hermosas.
Buenísimo detalle de los lugares visitados. Muy lindo viaje!!!!!
Good For You!!!! Important someone shed light on the subject matter. Dena Clair Jaynes
el blog Superbe, qui transpire la pasión à l’pur de Estado … Marrilee Adolphus Margo
Muchas gracias por tu mensaje.
Perdona el retraso en contestar. Agradezco mucho recibir comentarios en las publicaciones. Es bonito compartir esta pasión por las motos y los viajes con otras muchas personas.
Un abrazo.
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