Un asunto, no menor, a tener en cuenta a la hora de preparar un viaje es la confección del equipaje. Hay muchos factores a tener en cuenta en función de la duración, época, zona geográfica y necesidades o gustos personales, pero no está de más seguir algunos consejos generales.
¿Es tu primer viaje?
Elige elementos que puedan tener un uso lo más genérico y práctico posible. Aquellos que en alguna medida puedan servirte para cubrir distintas posibilidades. Se austero y piensa que todo aquello que guardes tendrás que cargar muchos días con ello y, a veces, sobre tus espaldas.
Confecciona una lista lo más detallada posible e incluso especifica el peso de cada elemento. Esta lista te servirá para revisar, a tu vuelta, aquellas cosas que no utilizaste y no volver a cometer el mismo error en futuros viajes.
Procura empaquetar más de una vez todo hasta que encuentres la forma más eficiente de organizarlo y una vez escogida, trata de colocar las cosas siempre en el mismo sitio: con ello reducirás las posibilidades de perder cosas por el camino y ganarás en tranquilidad.
¿Tienes alguna experiencia similar anterior?
Si ya has realizado algún viaje similar analiza la lista de elementos que llevaste en veces anteriores e identifica los que nunca utilizaste. Trata de “adelgazar” siempre todo lo que puedas. En muchos casos hay cosas que se pueden adquirir por el camino en caso de necesitarse y no merece la pena cargarlas desde el principio.
Agrupa las cosas por su funcionalidad.
Botiquín y elementos de emergencia: Estos elementos deben de estar en el lugar más accesible que dispongas dado que si has de utilizarlos, no estarás para complicaciones. Los medicamentos deberán estar acompañados de prospectos y recetas médicas, sobre todo si vas a traspasar fronteras. Útiles como tijeras, navajas multiusos, linternas, o incluso agujas, hilos y bridas puedes necesitarlos con urgencia o en lugares en los que no puedes estar mucho rato detenido. Tenlo muy a mano y siempre en el mismo sitio.
Elementos de aseo: es conveniente colocarlos en lugares medianamente sencillos de acceder. No son elementos de primera necesidad pero casi. Quizás no tengas urgencia por encontrarlos, pero si será tremendamente incomido pornerte a buscarlos estando sucio.
Cargadores, cables y otros elementos de apoyo a los equipos electrónicos que lleves (cámaras, portátil, discos de almacenamientos, GPS, etc) pueden ubicarse en los lugares menos accesibles, lo normal será que los necesites cuando estés ya alojado al final del día.
Herramientas y repuestos son de uso puntual y generalmente pesados; escoge el lugar más profundo de tu espacio para colocarlos.
Ropa y calzado: Generalmente vas a pasar la mayoría del día con la indumentaria motera puesta, selecciona bien las prendas “no moteras” que vas a necesitar para los momentos que te vistas “de calle”, no consumas más espacio del realmente necesario y piensa que siempre puedes recurrir a una lavandería que, por poco dinero, deja todo de nuevo en uso. Ganarás en comodidad cada día.
Pulpos, ganchos, cinta, alambre y bridas no deben faltarte nunca.
En muchos casos estos simples y baratos elementos te sirven para dar una solución provisional a un problema hasta llegar al lugar apropiado para buscar la solución definitiva (y como dicta la experiencia: no hay nada más permanente que lo que se arregla provisionalmente).
¿Tienes con qué matar el rato sin necesidad de electricidad?
Se dice que la paciencia es la virtud del viajero. A veces hay que esperar largos ratos para poder seguir adelante (trámites, fronteras, embarques, etc). Desesperarse no es nunca una opción y por eso es importante tener a mano algo que te ayude a entretener el rato sin dependencia de otros recursos (electricidad, batería, etc). En mi caso: un libro es el aliado perfecto, para otros será una baraja de cartas, un cuaderno y un lápiz, o ¡vete tú a saber!
Lleva un segundo juego de llaves siempre junto a ti en lugar seguro.
La moto es tu herramienta más importante. Extraviar las llaves puede meterte en un jaleo enorme. Ten siempre a buen recaudo un segundo juego de llaves. Cuélgatelas al cuello con un cordón, o a tu antebrazo, donde sea, pero en un lugar que nunca pierdas de vista y que el descuido no haga que las pierdas. Etiqueta un número o email de contacto por si, en caso de extravío, quien las encuentre trata de localizarte.
Opciones para transportar el equipaje:
Hay múltiples alternativas en función del viaje que vayas a emprender, tu moto, tu presupuesto y tus gustos personales. Te presento algunas:
Baúles.
Son una estupenda opción, aunque resulten poco estéticos. Si deseas poder guardar 2 cascos, deberá de ser de 46l. en adelante. Te aportarán la posibilidad de dejar tus cosas guardadas bajo llave y son una forma perfecta de ampliar tu capacidad si tus necesidades son grandes.
Alforjas traseras.
Es sorprendente la cantidad de cosas que puedes guardar en ellas si sabes organizarlo. En mi caso llevo unas Oxford de 26L. Resultan fáciles de portar, montar y desmontar y por muy aparatosas que puedan aparecer no le ocasionan ninguna incomodidad al pasajero trasero, sino todo lo contrario.
Como ejemplo de capacidad de carga en sus dos elementos de 26L he podido cargar todo lo mostrado en la imagen, que fue el vestuario que llevé para 18 días de viaje por Italia (8 Camisetas, 1 vaquero, 1 par de zapatillas deportivas, 1 chanclas, 5 juegos de ropa interior y calcetines, bañador, toalla, intercomunicadores, juego completo de aseo, botiquín completo y saco de dormir).
Bolsas Sobre-depósito
La opción más práctica y generalizada de transportar equipaje. Su fácil acceso al interior y su ubicación en lugar muy adecuado de la moto la convierten en muchos casos en la mejor de las opciones. Por añadidura proporcionan un lugar donde llevar anotaciones, planos de ruta, etc. y además puede emplearse en algunos casos como soporte sobre el que colocar GPS o incluso un elemento en el que recostarse en largos trayectos por autovía.
Bolsas tubulares estancas.
Es una opción cada vez más común cuando se viaja sin acompañante, o bien en motos de gran volumen o con maletas que posibiliten el anclaje a ellas de estos elementos. Aportan la ventaja de acomodar su forma y/o volumen a la necesidad y su estanqueidad te despreocupa de la lluvia. Por contra, los elementos de su interior van menos protegidos de golpes y otras circunstancias.
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