Agosto de 2023
Cesarano
Saliendo de Pompeya, tomamos dirección a Corbara. Comenzamos a encontrar motos en el camino, lo que nos hace presagiar que la ruta va a cumplir con nuestras espectativas.
Atravesamos el pueblo por su calle principal, en acusada pendiente, y empezamos a vislumbrar los hermosos bosques y rocas por los que va a transcurrir los siguientes kilómetros de ruta.
La carretera asciende vertiginosamente tras cada curva y pronto nos encontramos en una sucesión de miradores que se asoman sobre los tejados del pueblo que acabamos de dejar atrás. Paramos a tomar algunas fotos y a respirar el aire fresco y húmedo junto al talud de una finca donde un par de hombres se afanan en desbrozar la vegetación que cuelga hasta la carretera.
Seguimos ascendiendo por la carretera, a tramos esculpida en la roca, girando sin descanso a izquierda y derecha. Pasado un rato, la pendiente se suaviza y comienza a tornrse en descendente. La panorámica se abre y aparece ante nuestros ojos el mar, al que comenzamos a descender tan vertiginosamente como rato antes ascendimos.
Las casa de lugareños, las villas de recreo y algunos restaurantes y pequeños hoteles se van sucediendo a ambos lados de la vía mientras nos vamos acercardo a los acantilados contra los que rompe el mar a sus pies.
Hacemos una parada y caminamos hasta una bonita iglesia que domina desde lo alto la extraordinaria panorámica.
Hemos dejado atrás ya el Piamonte y nos encotramos ya en la famosa costa amalfitana. A nuestra izquierda, a pocos kilómetros, se encuentra Salerno… tendrá que ser para otra ocasión. A la derecha, nuestra siguiente etapa de la que Amalfi es el primer punto en el camino.
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