La Isla de Man y su Turist Trophy.
En Douglass, hacer el circuito del TT Course
La mañana comienza parcialmente soleada. El día está bonito. Nos apresuramos a desayunar y prepararnos para la fiesta, salimos del hotel, nos dirigimos a una gasolinera a llenar el depósito y acto seguido nos metemos en el trazado del circuito.
Es una verdadera locura!!! No me creo aun estar rodando por ese circuito que tantas veces he visto en los videos. Puedo reconocer muchos de los lugares que voy atravesando. De cuando en cuando paramos a hacer algunas fotos hasta que llegamos a la famosa milla 13. Allí hacemos una parada para ver el espectáculo del resto de pilotos que pasan a una velocidad endiablada.
Montamos y salimos en dirección a Peer. Allí volvemos a parar obligados por la imposibilidad de tomar el giro al que obliga el circuito, yo al menos no me atreví a mi velocidad de marcha, por mas que era baja para como por aquí pasan los pilotos participantes. Hago un recto y me meto hacia el pueblo y aprovecho para ver el Castillo junto al mar.
Douglass. Climatología adversa.
La mañana siguiente amaneció con un temporal intratable. A primera hora mientras desayunábamos, comprobamos como el mar se había comido la enorme playa por la que la tarde anterior paseamos hasta el castillete situado en mitad de la bahía a la altura de lo que era la línea de costa al anochecer. Las olas golpeaban con fuerza no solo los muros de la fortificación, alejada no menos de 200metros en perpendicular del paseo marítimo que recorría el perímetro de la playa elevado entre 3 y cuatro metros sobre la arena. El mar había engullido ya la totalidad de la playa y comenzaba a saltar por encima del paseo vertiendo su agua a la calzada. Salimos a retirar las motos de la puerta del hotel antes de que el viento las volcase como fichas de dominó y el agua de mar las alcanzase. Un par de calles más atrás, a resguardo del temporal, quedaron aparcadas para el resto del día. Subimos a pie, como pudimos, al paddock. Todo estaba desangelado, la gente acantonada en las tiendas e instalaciones a cubierto, Mal día para hacer nada…
Al día siguiente la cosa amaneció algo mejor y pudimos disfrutar viendo pasar a velocidad endiablada a los pilotos por el peligroso circuito urbano. A ratos hasta gozamos de algún tímido rayo de sol. Nos movimos por dos o tres emplazamientos distintos para tener varias perspectivas distintas y acabado el día regresamos a despedir la jornada con unas pintas.
El regreso
Sin posibilidades de Ferry desde la costa británica lo cual nos hubiera devuelto en un par de jornadas más llevaderas hasta el norte de España, la única posibilidad es el regreso por la Bretaña Francesa tratando de cubrir la distancia en el menor numero de jornadas posible, dada la climatología.
El viaje completo …
La esencia de las carreras en estado puro