Abril de 2025.
Del Todra a Ouarzazate por el Dades.
La garganta formada por el río Dades es uno de los reclamos más importantes de esta región del Átlas marroquí. Llegar desde la otra famosa garganta, la del Todra, supone cubrir una espectacular etapa de paisajes fascinantes y conducción adictiva.
Iniciando jornada desde Tinerhir (Tinghir)
Arrancamos desde la animada ciudad de Tinerhir y en unos minutos, tras para a hacer unas fotos en el mirador frente a las ruinas del Ksar Ait Boujjane nos dirigimos hacia la garganta del Todra, de la que distan escasos 10 minutos.

La Garganta del Todra.
No es aun media mañana pero la garganta ya está atestada del turistas y autobuses que se internan transportando a más y más visitantes, no obstante, sigue siendo un lugar imponente.

En mis anteriores visitas, el lugar era más tranquilo y a penas había algún puestecillo muy rústico con artesanías locales. Ahora han aparecido nuevos negocios e incluso alguna terraza sobre los pedregales del río donde tomar café y zumos.

Unos escaladores trepan las paredes verticales ajenos al bullicio en la base mientras por la pasarela vial familias con niños, viajeros como nosotros y multitud de turistas sacamos fotos en todas las direcciones.

Continuamos camino por la N12 que conduce a Imilchil, aunque nos desviaremos antes. La carretera está bastante rota a tramos pero sin ser complicada de recorrer.
La antigua pista P7104
En Tamtetoucht nos desviamos hacia el oeste para tomar la pista P7104. La carretera va ascendiendo entre montañas de imponente belleza. En unos kilómetros más nos encontraremos con la pared una gran presa.

La presa de Toudgha.
Paramos junto al embalse para tomar una fotos de sus paisajes abiertos y las vetas de colores de los desmontes realizados para el paso de la carretera.

La vía es muy tranquila, apenas pasan algunos camiones y el viento sopla rompiendo el silencio del paraje. En las laderas se distinguen unos pequeños puntos blancos de los rebaños de ovejas.

Seguiremos camino y vamos ascendiendo entre montañas peladas y rocosas de gran belleza. De cuando en cuando nos topamos con campamentos de nómadas, de extremada pobreza, que pastorean cabras poco más grandes que un perrillo.

Continuamos hasta alcanzar el lugar más elevado, a unos 2700 m.s.n.m. cerca de un lugar marcado como Ravin de Titouline, donde paramos a reagruparnos.

Al pie de una gravera, en mitad de la nada, en una diminuta choza fabricada con un muro de piedra de escasamente un metro de alto y cubierta por una techumbre de pieles, habita el que parece ser un vigilante. Hace frío y el lugar es asolador. El hombre, al escuchar mi motor, abre la portezuela de la choza y sale a mirar. Me apiada ver su mísera existencia y le doy unos dirham.

Pasado un rato, tras reunirnos todos, continuamos por la pista que, al poco, comienza a descender hacia un valle algo más fértil donde empezamos a encontrar los primeros cultivos que apuntan la existencia deun pequeño pueblo.

Paramos a tomar café y charlamos animadamente entremezclando idiomas con el propietario de una rústico alojamiento. Nos habla de lugares hermosos que han comenzado a atraer montañeros y aventureros tras la apertura de la pista. Nos despedimos y seguimos viaje.

La Garganta del Dades.
A unos pocos kilómetros alcanzamos la R704 y entramos en una zona más habitada y transitada. El paisaje y las montañas vuelven a cambiar de fisonomía sin perder un ápice de belleza y majestuosidad.

Ascendemos y descendemos varias veces hasta encontrarnos de nuevo entre paredes pétreas, esta vez las de la Garganta del Dades.

Hacemos una nueva parada cerca de las famosas curvas del Dades, antes de ascender y volver a descender por el desfiladero. Cada curva y cada cambio de nivel del terreno no deja de sorprendernos y de regalarnos una hermosa vista.

Continuando hasta Ouarzazate.
Antes de llegar a la carretera principal nos queda aun maravillarnos con unos cuantos miradores, cortados y palmerales hasta llegar a la paredes del cañón de Les pattes de singes (Patas de mono), unas sorprendentes formaciones rocosas que el desgaste del agua ha dotado de caprichosas formas.

Un poco más adelante llegamos a la N10 donde encontraremos un restaurante abierto, algo nada fácil dado que está ya avanzada la tarde. Desde allí a Ouarzazate nos espera llanas rectas donde un molesto viento nos acompañará hasta el final de la etapa.
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Donde comer:
Desde la propia garganta y durante los siguientes kilómetros de la R704 en dirección sur se suceden un buen número de restaurantes de todo tipo, desde las más básicas barbacoas hasta algunos más tradicionales.
Ver también (de este viaje):
Y además …
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