La comuna 13 es una de las barriadas que mejor simboliza el espíritu de superación de problemas que actualmente se respira en Colombia.
Marcada por las cicatrices de los años de violencia entre guerrillas y paramilitares, el éxodo forzado de la población desde las áreas rurales hacia las ciudades con el consiguiente crecimiento desorganizado de estas, así como el surgimiento de grupos delincuenciales, hicieron de estos lugares algunos de los más peligrosos del mundo.
Hoy en día, con un admirable esfuerzo en dejar atrás esos tiempos y tratar de reinventarse por medio del arte para ganar el futuro, la Comuna 13 se ha convertido en un bullicioso y turístico rincón de la capital paisa.
Arte urbano
La recuperación de sus estrechas calles y la mejora de las precarias construcciones han servido de base para el surgimiento de decenas de murales coloristas a los que han seguido el crecimiento de innumerables talleres de arte, pequeños locales de ocio, restauración, moda y un largo etcétera, que han logrado atraer al turismo tanto nacional como extranjero hasta este vitalista barrio.
Música en la calle.
Son muchos los espectáculos callejeros que atraen, a través del Hip-Hop, a un público que deja sus pesos en la comunidad permitiendo a mucha gente poder ganarse la vida alejados de otras actividades que antaño generaron un ambiente negativo del que sus vecinos no podían huir.
Locales a pie de calle y terrazas de bares atraen a los numerosísimos visitantes, conducidos por los guías, hasta estos eventos callejeros.
Proyectos urbanísticos como motor de cambio.
La ocupación descontrolada del territorio y el crecimiento anárquico de las edificaciones, sin un planeamiento ni existencia de saneamientos e infraestructuras básicas, dio lugar a una imposibilidad de desarrollo que ahora el ingenio humano está corrigiendo por medio de infraestructuras y soluciones muy imaginativas.
El ensanche de la vía principal, recrecida a modo de terraza que se descuelga serpenteando por el corazón de la comuna, ha permitido a esta barriada ser recorrida y tener acceso a los abastecimientos que posibilitan el desarrollo que está experimentando.
Las escaleras mecánicas, ascensores, metro-cables y otras iniciativas que aquí, y en todo Medellín se han construidos en los últimos años, están logrando comunicar de una forma creativa y novedosa esta gran ciudad haciéndola una capital moderna y muy atractiva.
Fácil acceso.
Aunque tal vez lo más recomendable sea acudir por primera vez acompañado de un guía, lo cierto es que desde la estación de Metro de San Javier se puede tomar alguno de los autobuses que te conducen hasta el pie de la barriada desde la que comenzar a recorrer la Comuna 13.
Sus icónicas y coloristas escaleras mecánicas facilitan el acceso tanto a residentes como a visitantes. Hacen más sencilla la vida a las personas con dificultades de movilidad que viven en el barrio y también simplifican el ingreso al turista.
Morir de éxito.
Desgraciadamente, la enorme atracción que ha generado está dando lugar a una sobreexplotación comercial que, en mi opinión, está poniendo en riesgo el verdadero espíritu de la iniciativa.
Atraídos por la enorme afluencia de visitantes, las calles se han llenado de puestos de venta de camisetas, gorras, bebidas y bagatelas variadas que en algunos puntos cubren e impiden ver los grafitis que han sido el principal motor de cambio de la comuna.
Por otra parte, nuestro guía nos comenta que el alquiler también ha experimentado un aumento notable de precio que amenaza con desplazar a muchos de los antiguos residentes del barrio.
El tiempo dirá si la comunidad creada alrededor de este fenómeno es capaz de encontrar sus propios equilibrios y mantenerse alejada de las pulsiones comerciales e ideológicas en las que siempre navegan los intereses externos.
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Hola!
Me ha gustado tu contenido, descrito con detalle y con una visión bastante actualizada a día de hoy sobre lo que es verdaderamente la comuna 13.
Destalles que interesan tanto a sus lugareños como a los que deseen visitar el barrio lleno de arte Medellín.
Con cariño.
Mary.
Junto con otros rincones de la cambiante Medellín, este es uno de los lugares culturalmente interesantes para recorrer, sin olvidar las salas de la 3ª y 4ª planta del Palacio Nacional, el Museo Botero. Recomensable también aprovechar para tomar el Metro-Cable y conocer la fona desde lo alto.
Muchas gracias, Mary.